Un relato más negro

Tendría que haber escrito un relato más negro, más de policía busca al malo, más de asesinato. O bueno, eso es lo que yo entendí cuando me dijeron que escribiera un relato sobre una ciudad. “Temática libre” me decían. A buen entendedor sobran las palabras. Me estaba leyendo por aquel entonces La mirada del observador. Creo. ¿O me lo iba a leer después? Bueno, total: un asesinato en alguna ciudad.

No hay nada peor que “temática libre”, porque al mal imaginante malas ideas vienen. Yo me puse a buscar al asesino en Roma. A ver si daba con él: Coliseo, Foro Romano, Foros Imperiales, el palacio de Vittorio Emanuelle, el Capitolio y el olvidado Templo de Júpiter, el Teatro de Marcelo, el Foro Boario, la Bocca de la verità, el Templo de Hércules incluido, el Circo Máximo, la cerradura, miro la vía Appia y el Palatino, el Tíber, al fondo el Carlo Menta con sus pizzas y su pasta, el foro de los gatos, el pie perdido entre las calles, el Panteón ole tus huevos Adriano, la piazza Nabona, el campo de Marte y sus otras mil cosas, Castel Sant’Angelo, el estadio olímpico, el Vaticano y el Museo etrusco.

Pues todo aquello. De un lugar al otro. Nada. No apareció nadie. Menos mal que siempre nos quedará Roma, todo aquello que fue y todo aquello que será. Italia ganó allende los mares japoneses a Namibia el otro día y podemos, al menos por esta noche, dormir tranquilos. Veremos contra Sudáfrica el viernes. 

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