Entre 250 y 300 palabras

Entre 250 y 300 palabras. Nos dicen que para escribir de forma asidua hay que generar un hábito. Servidor, que lleva unos meses con la rutina de no tener rutina, no lo tiene. Y, de forma inversamente proporcional, a menos hábito, más interés por escribir de forma periódica. En Pílades Magazine, donde he soltado mis últimas parrafadas, no me obligan como deberían hacerlo. Además, me ofrecen una libertad que no merezco. Por lo demás, más de lo mismo.

Así pues, busco una forma de comprometerme conmigo mismo, coger forma. No busco más lector que la primera persona del singular, por lo que si alguien, totalmente extraviado, llegase a estos lares, que no se extrañe, que no se asusta. Más bien, que no lea. No hace falta, ya me leo yo. ¿Y para qué lo publico? Pues no sé: ¿para tener un testigo de que quiero cumplir mi palabra?

Entre 250 y 300 palabras. Eso quiero escribir de lunes a viernes y, si todo fuera como debiere ir, publicarlo al día siguiente: de martes a sábado. Entre 250 y 300 palabras. Ni una más, ni una menos. 

¿Y de qué voy a escribir? Pues ya lo decía algún griego: ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα. Lo que sí sé es que 250 palabras son demasiadas y que todavía me faltan unas treinta para cumplir por hoy. 25 ahora. Cuando esto se publique estaré ya en Qatar, donde me esperan 40 grados. Quizá me esté derritiendo en lugar de pensar entre 250 y 300 palabras. 257, finalmente, a todo esto.

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